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La historia del colegio mayor de teologia

El patron San Juan Crisostomo

La historia del colegio mayor de teología

(Del libro del Archimandrita Nikolaos Protópapas, "Breve historia del internado teológico de la Diaconía Apostólica, Diaconía Apostólica, 1986).

El primero en concebir la idea de la fundación de un internado teológico fue el Metropolita de Atenas Germanós Kalligás (1885-1896). Desde sus primeros días como prelado de la capital, funcionó de forma incipiente un internado en el edificio Metropolitano con diez internos, que vivían bajo su supervisión siguiendo un severo régimen monástico, y la mayoría de los internos, tras su licenciatura en la Facultad de Teología, se hicieron clérigos.

El Metropolita de Atenas, Germanós, veló por la creación de un seminario en la zona de Ambelokipoi, en unos terrenos del Monasterio de San Juan Evangelista, en el lugar de "Panagia I Chelonou". Desgraciadamente, Germanós no tuvo la dicha de ver funcionar la Escuela, pues murió repentinamente el 18 de enero de 1896.

Su sucesor, el Metropolita de Atenas Procopio II (1896-1901) culminó la Escuela, pero no consiguió ponerla en funcionamiento, ya que el edificio fue requisado por el estado y, tras numerosas peripecias, alberga hoy la Academia de Policía.

El Arzobispo Crisóstomo Papadópoulos (1923-1938), viviendo de cerca como profesor de la Facultad de Teología los problemas de los estudiantes, y especialmente de los aspirantes al clero, se impuso como tarea principal fundar un internado teológico. Por orden suya se utilizaron primeramente algunas celdas del Monasterio de los Santos Incorpóreos de Petraki para alojar a estudiantes de Teología sin recursos.

En junio de 1933, el Santo Sínodo decidió fundar un internado teológico, que incluyera también una escuela de predicación. En el internado se enseñaría música eclesiástica, los internos se ejercitarían en la liturgia, el ceremonial, la catequesis, la predicación de la Palabra de Dios y en una o dos lenguas extranjeras. Una comisión de prelados sinodales dirigiría y gestionaría el internado en base a un reglamento especial. Teniendo por modelo el sistema de Halkis, cada Metropolita mantendría al menos a un becario, al que seguiría y, tras completar sus estudios, lo contrataría en el servicio de su Metrópolis.

Los cimientos del edificio fueron puestos por el Arzobispo Crisóstomo Papadópoulos, tras numerosas peripecias y dificultades debidas a las acciones de los vecinos, el 22 de julio de 1937, en el espacio del Monasterio de Petraki.

El sucesor de Crisóstomo, el Arzobispo Chrysanthos Filippidis (1938-1941) llegó a ver terminado el edificio, pero a causa de la guerra no consiguió ponerlo en funcionamiento, ya que fue convertido en hospital militar debido a las circunstancias.

Por iniciativa del Arzobispo Damasceno (1941-1949) y del Director General de la Diaconía Apostólica, Profesor Basilio Vella, en 1948, en un apartamento del sótano, debidamente acondicionado, del Monasterio de Petraki, se alojaron los primeros diez estudiantes del internado teológico.

Con el ascenso al trono arzobispal desde Ioannina de Spyridon Vlachou (1949-1956), el internado conoció su época de mayor esplendor. En 1950, en una planta del edificio, se albergó a los primeros 40 estudiantes. A finales de año, y ya en todo el edificio, residían 90 estudiantes. Como primer director provisional fue nombrado el Archimandrita Barnabas Tzortzatos (más tarde Metropolita de Kitros) y a los pocos meses fue sucedido por el ex-Metropolita de Limnos Basilio Atesis (15 de septiembre de 1950).

El internado comienza en 1950 su espléndido camino y actividad en el ámbito eclesiástico. A mediados de esa década los internos llegaban a los 202, entre los cuales se contaban numerosos extranjeros. Al mismo tiempo, los estudiantes del internado desarrollaron una rica actividad misionaria y catequista, tanto en las parroquias de Atenas, como mediante incursiones a las provincias, ayudando significativamente a las iglesias locales en la ardua labor catequista de aquellos días. Se puso un cuidado especial en la formación teológica y la preparación eclesiástica de los estudiantes, teniendo por principio fundamental la vivencia de la verdad cristiana. Todo el programa de los estudiantes estaba basado en la experiencia eclesiástica y litúrgica. Vale la pena señalar que numerosos eran los visitantes extranjeros oficiales del internado, ya que constituía el centro interortodoxo de la Iglesia de Grecia.

Durante el año académico de 1953-54 se instituyó como fiesta del internado la memoria de San Juan Crisóstomo.

En 1970, por resolución sinodal, el internado teológico fue trasladado a un edificio de tres pisos en el barrio de N. Filothei, en la calle Martinengou.

A partir de 1974 el internado entró en un nuevo período de su vida. Del edificio de N. Filothei fue trasladado a los edificios del recién constituido Monasterio de la Presentación de la Virgen de Karea. En 1976 comenzó un período de problemas económicos, lo cual ocasionó bastantes problemas y crisis en el normal funcionamiento del internado. A pesar de los problemas, el internado teológico siguió funcionando y contribuyendo a la Iglesia. Decenas de Obispos y Profesores de Universidad, cientos de Archimandritas, Protopresbíteros y teólogos seglares se cuentan en las listas de los internos. Y aún numerosos hermanos nuestros de nuestra misma fe o de otras, que hoy ocupan altos cargos en la Iglesia o el estado de sus países, vivieron y estudiaron letras teológicas en el internado.

En el renacimiento de la vida eclesiástica observado en Grecia después de la guerra, no se puede ignorar el papel del internado teológico de la Diaconía Apostólica.

 

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