El patrón San Juan Crisóstomo
San Juan Crisóstomo es uno de los más importantes Padres de la Iglesia, y se considera el más ilustre ejemplo de dedicación total y absoluta al servicio pastoral del pueblo de Dios. Este ejemplo quedó reflejado tanto en su obra escrita, que ha sido fuente de inspiración para toda la Iglesia, cuanto, especialmente, en el ejercicio de su ministerio y misión prelaticios, y se distinguió por su excepcional sensibilidad pastoral y su preocupación por la salvación de la grey de Cristo.
En este marco de su elevado servicio y responsabilidad, y a fin de responder a su misión sacerdotal, no vaciló en entrar en conflicto con el corrupto status quo tanto del estado como de la Iglesia de su época. Conflicto que, sin embargo, le costó no sólo su retirada del trono prelaticio, sino también el exilio, y finalmente su propia muerte.
Desde luego, su obra escrita se caracteriza por la clara perspectiva eclesiástica de su enérgica actividad pastoral (y de predicación), debida a los acuciantes problemas sociales que la provocaron. Su discurso, único en su estilo, tenía por fuente su experiencia personal de la importancia de la fe cristiana en la vida espiritual personal de cada creyente y del pueblo en general, y fue su arma principal para afrontar la relajación moral y el libertinaje social de su tiempo.
En su obra, en sus "Discursos sobre el sacerdocio", destaca con gran sensibilidad la altura de la misión espiritual del clérigo y su respeto personal por la responsabilidad espiritual de los fieles. Esta obra podría caracterizarse como una serie de homilías de amonestación a los clérigos y a la grey para conseguir la salvación de los hombres.
Precisamente por tener los sacerdotes la mayor responsabilidad ante Dios para la salvación de los hombres, el santo padre determina en estos discursos el ámbito del servicio sacerdotal responsable. Por otra parte, esta misión de la Iglesia de salvar a los fieles condicionó también su actitud frente a aquellos clérigos que no respondían a la altura y la responsabilidad de su cargo.
Los discursos sobre el sacerdocio de San Juan Crisóstomo son su obra más conocida y más ampliamente difundida, y tuvo una enorme influencia en el cuerpo de la Iglesia. Se trata de una obra profundamente influida en su estructura y estilo por el "Apologético de la fuga al Ponto" de Gregorio el Teólogo, en la cual Gregorio analiza las responsabilidades del cargo sacerdotal, para justificar su decisión – elección de abandonar el ministerio sacerdotal y recurrir al retiro del Ponto tras su ordenación como presbítero de la Iglesia por su padre (alrededor del 362).
Los hechos referidos en sus discursos no es seguro que sean históricos, más bien deben ser fantásticos, creados por Crisóstomo, por una parte para demostrar la altura del Sacerdocio, y por otra para impedir el acceso a él de personas inadecuadas.
La estructura de su obra viene constituida por el relato de que Crisóstomo y su amigo (un tal) Basilio –que es la otra persona del diálogo y constituye un recurso para la organización del material y del tema, y sobre cuya persona la investigación no ha conseguido determinar aún su identidad– fueron elegidos en el cargo sacerdotal que alterna entre simple sacerdote y obispo. Y mientras, según el diálogo de la obra, habían acordado o al menos Basilio tenía la impresión de que si eran presionados para que aceptaran la ordenación la aceptarían, y Basilio al ser presionado la aceptó, Crisóstomo sin embargo la rehusó y se ocultó. Disculpándose Crisóstomo por esta huida suya, reconoce que en nuestra vida llegan ciertos momentos en que el engaño oportuno es lícito, siempre que no haga daño a nadie y aspire al bien general de las circunstancias, para encontrar soluciones a situaciones sin salida y corregir los errores del alma. Y en este sentido, este hecho debe ser mejor llamado economía y un tipo de sabia administración de aquéllos. De este modo Crisóstomo justifica su negación a aceptar el Sacerdocio apelando a su incapacidad de responder a las arduas obligaciones del Sacerdocio.
Verdaderamente, la manifiesta insistencia de Crisóstomo en su negación a aceptar su elección en el cargo sacerdotal –pues de esto se trata, finalmente– aspira a probar la gran responsabilidad del cargo sacerdotal y a impedir la entrada a las filas del clero de personas inadecuadas, como ya antes se ha dicho.
De este modo, esta obra de Crisóstomo, a pesar de su carácter claramente teórico, tiene un objetivo concreto, el de combatir la furiosa ambición de personas indignas por ocupar el cargo sacerdotal – obispal sin disponer de las cualidades imprescindibles para ello. Y, como ya se ha dicho, al santo padre no le interesa tanto la exactitud histórica de los hechos referidos -(persona de Basilio, diálogo, etc., inventados en virtud de la economía del diálogo)- sino especialmente cómo poner de manifiesto y desarrollar sistemáticamente los problemas relativos al sacerdocio. De acuerdo con su contenido puede caracterizarse como un manual del oficio Pastoral, que tiene todas las características de un tratado sistemático.
En cualquier caso, debe observarse que no se tratan todos los problemas de la labor pastoral, y su tratamiento parece no cubrir todas las necesidades actuales. Y ello porque los problemas pastorales de aquella época no presentan ni tienen necesariamente siempre el mismo o similar interés para los clérigos actuales, en razón de la mudanza de las estructuras sociales. Por otra parte, la época actual ha planteado nuevos problemas y han surgido nuevas necesidades que no existían entonces.
Sigue, sin embargo, siendo aún hoy una obra de gran valor e importancia, porque destaca el sentido de la seriedad que deben tener quienes van a acceder al Sacerdocio y a ejercer la labor del servicio de los fieles.
Por estas razones, principalmente esta obra fue más reconocida que cualquier otro de los escritos de los Padres, y con seguridad por ello ningún otro posterior Padre de la Iglesia ha intentado ocuparse sistemáticamente del tratamiento pastoral del asunto. Tal vez en ello reside su gran influencia, así como su difusión. En cualquier caso, este tratado constituye una protesta contra la entonces –pero siempre, también– turbia situación imperante en las cuestiones administrativas de la Iglesia, y con cuanto refiere persigue determinar los medios por los cuales es posible corregir el mal funcionamiento de la organización eclesiástica.
De este modo, tras probar su incapacidad para el cargo, Crisóstomo expone la importancia del Sacerdocio, las condiciones de recepción del cargo sacerdotal y el modo de realización de la labor sacerdotal. Hacia el final de la obra presenta la tenebrosa imagen de los peligros de la labor pastoral, pero la suaviza un tanto con la afirmación de que Cristo, que encarga su ministerio y servicio a los sacerdotes, los ayudará a cumplir sus obligaciones sacerdotales – pastorales.
Los argumentos utilizados por Crisóstomo se basan en las Sagradas Escrituras, reforzados por su rica experiencia y por su admirable observación personal, y acompañados de vivas imágenes y descripciones.
Como ya se ha dicho, el objetivo de la redacción de esta obra es presentar: a) la grandeza y la altura del Sacerdocio, describiendo la dificultad de acceder a él, y b) determinar las cualidades de los aspirantes al cargo sacerdotal y las obligaciones de los clérigos en su ejercicio.
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